Enviado por @SusanaMaymó el Mar, 28/06/2022 - 17:34

La importancia de dedicarse una hora para crecer

Autora: María Aperador Montoya

 

El modelo de Estado de Bienestar que padece España crea una invisibilidad que todavía permanece en nuestro alrededor en relación con el trabajo productivo y reproductivo y la asunción mayoritaria por parte de las mujeres. El trabajo no remunerado de las mujeres ha servido de amortiguador social de las carencias de las políticas públicas del bienestar. Este modelo afecta de manera desigual a las mujeres en proporción a los hombres. Hemos visto cómo la crisis sanitaria desatada por la COVID-19 ha puesto dramáticamente de manifiesto que la vulnerabilidad y la interdependencia son la base de las relaciones humanas (Corral, 2020). El fuerte impacto que ha tenido esta pandemia sobre las vidas de todas las personas debe analizarse desde una variable de género, ya que afecta a las mujeres y a los hombres de manera diferente, tanto en el ámbito laboral como en el espacio privado. Las mujeres están más presentes en los empleos esenciales (salud, limpieza, alimentación, cuidados, etc.), en los empleos más castigados por el confinamiento (hostelería, comercio, turismo, etc.) y en la modalidad de teletrabajo (simultaneidad de la actividad laboral y el trabajo doméstico y de cuidados), con lo cual las coloca en una posición de desventaja ante la recuperación económica y laboral (CRL, 2020:5). 

 

De manera específica, estaríamos abordando la temática de los usos del tiempo desiguales entre hombres y mujeres. El tiempo es una dimensión esencial de las relaciones de poder. La posibilidad de organizar y de decidir sobre nuestros tiempos depende de la posibilidad de obligar a supeditar los tiempos ajenos a los nuestros, de ahí que el tiempo sea objeto de continuos conflictos, ya que las mujeres son las que mayormente asumen las cargas del mercado no remunerado. 

 

En Europa se llevó a cabo el estudio de usos del tiempo en 2006, donde se constató que el tiempo dedicado de las mujeres respecto al de los hombres en las tareas domésticas, en los países mediterráneos, es del 200% más que en los países nórdicos. La explicación de este suceso reside en las diversas tipologías de Estados de Bienestar que prevalecen en los distintos territorios. En los países mediterráneos hay una cultura familiarista que atribuye un papel crucial al trabajo no remunerado llevado a cabo por las mujeres dentro del seno de la familia (Peterson, 2009). 

 

Teniendo en cuenta que las estadísticas europeas muestran algunos sesgos de codificación que se mencionan en el estudio europeo de 2006, se constata que las mujeres pasan más tiempo en las actividades domésticas que los hombres, hasta un total de 6-7 veces más que ellos. Cuando se trata de tiempo de ocio, las mujeres y los hombres tampoco dedican el mismo porcentaje de tiempo. 

 

En España, el Instituto Nacional de Estadística ha realizado dos grandes encuestas (2002, 2009) con la metodología armonizada de EUROSTAT. En la última encuesta que se ejecutó en 2009, encontramos que hay más de 10 puntos de diferencia entre la población masculina y femenina en el trabajo remunerado. El tiempo medio diario dedicado al trabajo remunerado por los hombres supera en más de una hora al de las mujeres. Hay una diferencia de participación en el trabajo no remunerado de 17 puntos porcentuales a cargo de las mujeres. La brecha de género en España es mucho mayor que en la mayoría de los países para los que EUROSTAT ofrece información armonizada. Según el estudio de Sara Moreno, Marc Cosa y Vicent Català (2018) la tendencia a una mayor dedicación de los hombres en el trabajo doméstico no lleva aparejada una disminución del tiempo que las mujeres dedican a las tareas domésticas, sobre todo, las más rutinarias. Este mismo estudio considera el papel que pueden jugar las políticas públicas en un mejor reparto de los trabajos domésticos y de cuidados. 


Las mujeres deben tener la posibilidad de tomar conciencia sobre la importancia de cubrir sus necesidades de autoconocimiento y autocuidado, más allá del papel o rol que la sociedad atribuye con base en los estereotipos de género. Se deben establecer herramientas que faciliten que las mujeres puedan dedicar tiempo a ellas mismas. Desde la Asociación Sheleader somos conscientes de la importancia de los usos del tiempo y la importancia del autocuidado de las mujeres a través de la creación de proyectos que se orientan a promover el uso del tiempo propio, como uno de los pilares de empoderamiento de las mujeres bajo el lema “dedícate una hora a la semana a crecer”. Articulamos herramientas y actividades concretas para generar la autoconciencia, a través de la práctica y de hacer red con otras mujeres, incentivando y facilitando que las mujeres puedan dedicar al menos una hora a la semana a su crecimiento profesional y/o personal, para su empoderamiento vital como ciudadanas.


 

Bibliografía

Moré Corral, PALOMA. (2020). Cuidados y crisis del coronavirus: el trabajo invisible que sostiene la vida. Revista Española De Sociología, 29(3). Recuperado de: https://recyt.fecyt.es/index.php/res/article/view/79659/61329 

Peterson, Elin. (2009). Género Y Estado De Bienestar En Las Políticas Españolas. Asparkía Investigación Feminista, 20, 35-37.

Instituto Nacional de Estadística (2011). Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010. Resultados definitivos. Notas de Prensa https://www.ine.es/prensa/np669.pdf

Moreno Colom, Sara & Cosp, Marc & Català, Vicent. (2018). La masculinización del tiempo dedicado al trabajo doméstico rutinario / The Masculinization of the Time Devoted to Routine Domestic Tasks. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, No 163, July - September 2018, pp. 41-58, 10.5477/cis/reis.163.41